Y está en pedazos, no soportó tu lejanía, tu estupidez. Cada pedazo fue un momento inolvidable que me hizo creer en la felicidad, la cual - y casi siempre- fue fugaz. Se la llevó el viento como a las hojas marchitas. ¿Acaso eso quisiste tú? Solo tú lo sabrás...
Vamos, prende un cigarro, divisa el horizonte y avanza que nadie te detendrá...
sábado, 21 de febrero de 2009
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