lunes, 15 de diciembre de 2008

Me hicieron recordar aquellos momentos, aquellos que jamás olvidaré. Y, como digo, todos vivimos de los recuerdos. Pensar que hace varios años los tenía en mis manos, los vivía en el presente y hasta ahora los siento como hubieran sido hace minutos. Me simpatiza recordar, no olvidar. El olvidar no ayuda, te hunde y lo sé. No te ayuda a crecer, a tener esperanzas, a reir, sonreir... ¡Púchica diegos! ¿Escribir igual recordar? o ¿recordar igual escribir? ... en fin. Pensar que en esa época eras tan pequeña y era todo tan perfecto, eramos seres compatibles. ¿Perfecto? Bueno, en ese momento porque -en verdad- nada es perfecto.

El perfecto no existe y, si existe -nicagando-, desaparece como el humo en el cielo o, mejor dicho, quiere desaparecer. Y, ¿sabes lo que más me gusta? Que tú me lo hagas recordar. El tiempo camina cada vez más rápido, es un pendejo. Quiere hacernos olvidar. El tiempo cura las heridas.. pero ¿las cicatrices? ¡Vaya pendejo! te veré pronto y no sabes como espero aquel momento. Tranquilo, el tiempo corre cada vez más rapido. Sí, lo sé... pero para querer hacernos olvidar y no amar.

A veces pienso poder volver al pasado -no estoy fumado- y repetir aquellas experiencias, en mejorarlas, en que te gusten más. Sin embargo, a la vez me sentiría un perdedor, ya sabría en qué mejorar, qué hacer. y, ¿por qúe no hice lo correcto en ese momento?. No seas huevón, ¿acaso sabía el futuro? Rayos, no sé ni que escribo, ya me perdí, tendré que recordar. ¿Otra vez recordar? Sí, todos vivimos del recuerdo. Y si no existieran: ¿cómo viviríamos? No sé, vivir es actuar, pensar es recordar...

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